En 2018, mi esposa, mi hija y yo nos vimos obligados a salir de Venezuela. La situación política, financiera y social era crítica e insoportable. Vinimos a Lima después de un largo viaje en autobús de 5 días desde Venezuela, a través de Colombia y Ecuador. Decidimos emigrar convencidos de que Dios nos ha llamado a servirle en Perú. Queríamos bendecir a las familias a través de la enseñanza de la Biblia, el discipulado y el asesoramiento. Dos años después, estamos agradecidos de que el Señor nos haya apoyado en medio de muchas dificultades.
Actualmente estamos sirviendo en una iglesia local en un grupo de estudio bíblico. La sociedad peruana está pasando por una degradación crítica del significado del término "familia". Las familias peruanas necesitan a Dios desesperadamente y les pido que oren conmigo por Perú y los ministerios aquí.
Al mismo tiempo, Dios ha abierto la puerta para servirle como Asistente Virtual para Global One80. Ayudo a la organización con comunicaciones y operaciones, junto con otros tres profesionales venezolanos, que también son muy vitales para servir a un equipo de ocho países ahora. Agradecemos a los donantes que están dispuestos a ayudar al Fondo de Operaciones Global One80, que proporciona fondos para apoyar a todo el personal internacional y las operaciones de los Estados Unidos.
Gracias por su fiel apoyo y oraciones por nosotros. En una jornada juntos para transformar comunidades con el Evangelio de Jesús, una vida a la vez.