Latinos apoyando a latinos

Latinos apoyando a latinos

Durante nuestra juventud leímos y escuchamos acerca de misioneros que salían y servían en distintas culturas. Mientras imaginábamos las proezas que realizaban por amor a Dios y su misión, rara vez nos poníamos a pensar en la importancia de quienes estaban detrás sosteniendo de forma económica a dichos misioneros. Dentro de nuestra ignorancia dábamos por sentado que Dios proveía de forma directa y sobrenatural para los misioneros.

Pero eso fue cambiando poco a poco a medida que íbamos creciendo en la vida cristiana y más aún cuando hace poco más de un año Dios nos llamó a servirle transculturalmente con los turcos, entonces empezamos el proceso del levantamiento de sustento económico. Este es un tiempo que representa un reto para cualquier obrero transcultural, y quizá más en un contexto latino. 

Desde entonces visitamos iglesias locales en nuestro país, presentamos el proyecto misionero y animamos a que sean parte en oración y sustento económico. Allí hemos podido notar que para muchos pastores y congregaciones el único trabajo que importa es el que realizan en su misma ciudad y país.

Sigue siendo necesario compartir la importancia de ser obedientes a la Gran Comisión más allá de nuestra misma cultura, siendo parte de la formación de discípulos de todos los grupos étnicos enviando y sosteniendo obreros transculturales.

También tenemos que dejar de pensar que, por ser latinos, no tenemos los recursos suficientes para enviar y ser parte del sustento económico de nuestros propios obreros. La verdad es que Dios está bendiciendo Latinoamérica con recursos suficientes para ser parte de Su misión. Este es el tiempo designado por Dios para que la iglesia latina tome su lugar en la misión global de Dios.

Y es que Dios no quiere espectadores en su misión, por ello agradecemos a Dios por cada grupo de creyentes que han hecho un compromiso primeramente con Dios para ser parte de nuestro equipo a través de sus oraciones y ofrendas. 

En la actualidad estamos a un veinte por ciento de completar el presupuesto mensual, y gracias a Dios casi la totalidad está siendo cubierta por iglesias y también por creyentes individuales de nuestro país. 

El campo misionero ahora en Cristo está madurando y se está transformando en el campo que envía y sostiene a los misioneros. Tanta bendición recibida de Dios a lo largo de los años está alcanzando su propósito de ser de bendición a todas las familias de la tierra, como diría el misionero canadiense Don Richardson: “Somos bendecidos para bendecir”